Sí, los fuegos artificiales son muy hermosos, pero ¿vale la pena arriesgar la salud de nuestras mascotas por una frivolidad?
Winston era un perro san bernardo que murió a causa del ensordecedor y espantoso ruido que producen los petardos.
Le dio un ataque al corazón
El perro, que tenía ocho años, había sido rescatado de dueños negligentes y se encontraba en el refugio Dogs for Rescue.
Winston y otros de sus compañeros de cuatro patas estaban dentro de casa el 5 de noviembre -celebración de la Noche de Hogueras en Reino Unido-, pues los rescatistas tenían conocimiento del miedo que le provocan a los animales la pirotecnia. Cuando los petardos cesaron, los dejaron salir al patio…
En ese momento comenzó un nuevo estallido
Los perros se pusieron histéricos, y asustados corrieron en todas direcciones. El personal del refugio trató controlarlos y volverlos a meter a la casa, pero Winston estaba desaparecido.
Cuando lo encontraron ya estaba muerto
Atemorizado, se había escondido bajo una tarima, pero al escuchar el estruendo le dio un paro cardiaco.
Su final fue triste, su pasado fue peor
Sus antiguos dueños lo golpeaban y no le daban de comer, hasta que fue rescatado en 2016 por la organización pro animalista en la que permaneció los siguientes dos años de su vida.
Winston padecía una enfermedad cardiaca
Cuando llegó al albergue tenía miedo de todos los ruidos fuertes, se escondía y lloraba.
A pesar de todo, era leal y cariñoso
Su muerte es una verdadera tragedia para todos, comentó Emma, su cuidadora.
Su muerte no fue en vano
Las personas del refugio propusieron la iniciativa de que se prohíban los fuegos artificiales cerca de los refugios para animales y en las zonas de residentes con mascotas.
No es justo que los perros sufran por nuestra causa
Hay que crear conciencia y no formar parte de una cultura tan egoísta con los animales.
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