El sacerdote de la pequeña población cántabra de Renedo de Iguña ha sido expulsado de su parroquia tras una votación popular realizada el pasado miércoles en el Ayuntamiento de la localidad.
Al parecer el párroco había creado malestar en el pueblo tras haber nacido durante el último año un total de 18 niños pelirrojos siendo el propio sacerdote el único pelirrojo del municipio lo que levantó las sospechas de los vecinos. Tras las constantes quejas de los padres de los niños pelirrojos el propio alcalde de la localidad se vio obligado a tomar medidas en el asunto, es por ello que decidió someter a referéndum la continuidad del cura.
“Vivimos en una localidad pequeña, la verdad es que no es normal que de los 22 niños nacidos en el último año 18 sean pelirrojos” declara uno de los vecinos de la localidad tras salir de la votación. El párroco, que abandonará el pueblo tras 3 años en él, será destinado a otra parroquia aunque todavía desconoce su destino.