En las situaciones más tristes y trágicas es cuando se conoce la voluntad de las personas, y sobresalen aquellos que son valientes y siguen sus principios sin importar que el mundo vaya en su contra. Una de estas personas destacadas es Irena Sendler, y esta es su historia.
Es conocida como el Ángel del Gueto de Varsovia
En 1999 se encontraron registros de que esta mujer polaca salvó a más de 2,500 niños del gueto de Varsovia, durante la ocupación de los nazis. Sin embargo la información fue revelada medio siglo después.
“Me educaron creyendo que una persona debe ser ayudada sin importar su religión o nacionalidad”
Nació el 15 de febrero de 1910 en Otwock, Varsovia, dentro de una familia católica. De su padre, Stanislaw Krzyzanowsky, aprendió los valores que la mantuvieron firme a pesar de la represión política y religiosa para salvar la vida de los niños inocentes. Stanislaw había sido un médico, murió luego de que sus pacientes le contagiaron tifus, enfermos desahuciados que otros médicos no quisieron atender, pero él no estaba dispuesto a dejarlos morir.
Dedicó su vida al prójimo, se convirtió en enfermera
En 1939, durante la invasión nazi a Polonia, Irena trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia.
En 1940, la situación empeoró al crearse el Gueto de Varsovia
Irena heredó de su padre la simpatía hacia los judíos, a pesar de profesar el catolicismo, lo que representaba un gran peligro en esa época. Los nazis tenían miedo de ser contagiados de tifus, por lo que permitían que personal de salud entrara al gueto para intentar frenar la enfermedad.
Se dio cuenta de los oscuros propósitos por los que fue construido el gueto
Entonces buscó la manera de ayudar a las personas a salvarse, por lo menos a los más pequeños. Para las madres de los niños desprenderse de ellos era una decisión desgarradora, pero era la única forma de salvar su vida.
Entre sus métodos para sacar a los niños se encontraba trasladarlos dentro de las ambulancias que transportaban a los enfermos más graves, llevarlos en bolsas de basura y hasta en ataúdes.
Irena logró salvar a más de 2,500 niños; preocupada porque no olvidaran sus raíces, hizo un registro detallado de todos ellos, y lo enterró en el jardín de una vecina.
El 20 de octubre de 1943 Irena fue detenida
Se había llamado a si misma Jolanta, para que los nazis no supieran su verdadera identidad. La llevaron a la prisión de Pawiak y la sometieron a terribles torturas, sin embargo no dijo ninguna palabra del paradero de los niños que había rescatado. Fue condenada a muerte, pero un soldado la ayudó a escapar, su nombre fue apuntado en la lista de ejecutados, y se puso otro nombre falso para continuar con su labor.
Cuando terminó la guerra desenterró la lista
Entregó la lista al Comité de Salvamento de los Judíos Supervivientes
La historia quedó enterrada; Irena se casó y tuvo tres hijos. Tres décadas después, cuando su registro se encontró, en los medios de comunicación se dio reconocimiento a las mujeres y hombres que ayudaron a los judíos durante la ocupación nazi de Polonia.
Cuando su foto salió en los periódicos, Irena recibió muchas llamadas de los hombres y mujeres que había salvado cuando eran niños. Recibió varios reconocimientos, entre ellos la Orden del Águila Blanca de Polonia, el título de Justa entre las Naciones de la Organización Yad Vashem, y fue nominada al Premio Nobel de la Paz.
Falleció a los 98 años en Varsovia el 12 de mayo de 2008
Y su historia será recordada para la posteridad.